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lunes, 20 de febrero de 2012

Inclusión financiera, la hora de América Latina


(Mundo Microfinanzas) Algunos anuncios, aseveraciones y eventos ayudan a creer que la inclusión financiera puede experimentar avances en la región a lo largo de 2012. De lo meramente declarativo a la ejecución de políticas de estado hay un trecho largo, pero en buena hora gobiernos y actores del sistema financiero de América Latina parecen converger en los objetivos.

José Antonio Meade
Iniciativas de educación financiera, habilitación de normativas que acompañen innovaciones tecnológicas orientadas a la inclusión, desarrollo de redes de corresponsales bancarios, entre otras acciones, comienzan a formar parte, al menos, de un vocabulario común en distintas partes del subcontinente.

El fin de semana la Secretaría de Hacienda de México destacó resultados de su Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, poniendo en primer plano la promoción del acceso al crédito como uno de sus objetivos estratégicos. Dijo haber orientado sus esfuerzos “a la entrada continua de nuevos oferentes de servicios, al desarrollo de una mayor diversidad de productos y la promoción de una mayor transparencia en el sector financiero que garantice el acceso a servicios financieros a sectores de la población que tradicionalmente se han mantenido excluidos de ellos”.

México será este año pantalla privilegiada para reflejar lo bueno, lo malo, lo poco o lo mucho que se avance en este terreno. El país ya ejerce la presidencia del G20, que por primera vez recayó en un país emergente. Demanda global por excelencia, la inclusión financiera será una bandera que va a comprometer a México en un dominio donde los países más poderosos de la región no han sabido traducir un liderazgo que sí ostentan en otros terrenos (una excepción podría ser la de Brasil y su agresiva política de corresponsales).

Para el Secretario de Hacienda y Crédito Público mexicano, José Antonio Meade, “el que tiene acceso a un servicio financiero mejora su calidad de vida, mejora la productividad de los hogares de menores ingresos, mejora la productividad de las micro y pequeñas empresas, fortalece al sistema financiero y, al así hacerlo, fortalece el desempeño de la economía”. El funcionario expresó estas palabras el 7 de febrero en el marco de lanzamiento nacional del Programa de Asistencia Técnica a las Microfinanzas Rurales (Patmir) del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi).

Según la Secretaría, entre los años 2004-2009 la inclusión financiera en México se incrementó sustancialmente. Citando la Encuesta Nacional de Uso de Servicios Financieros realizada por esta cartera de gobierno, el porcentaje de la población que utiliza servicios financieros es superior al 56%, más del doble que la estimada por el Banco Mundial en 2004, del orden del 25%.

En términos de acceso, Hacienda afirma que actualmente el 43% de los municipios cuenta con al menos una sucursal de alguna entidad financiera mientras que, si incluimos a los corresponsales, la cobertura es de casi el 60%. “Con esta infraestructura, el 93% de los adultos (nueve de cada diez mexicanos) tiene posibilidad de acceder a servicios financieros”, asegura la Secretaría.

“Claramente el reto del país hoy, y lo es desde hace algún tiempo, es la cobertura geográfica”, reconoció Meade. La Secretaría destacó también la necesidad de un mayor nivel de educación financiera, ya que usuarios más informados “tienden a ahorrar más”, y del desarrollo de nuevas figuras orientadas a la inclusión y penetración bancaria.

Los que van a la vanguardia

Los países de la región andina marcan el ritmo desde hace algunas décadas en materia de inclusión financiera, pese a que persiste todavía un grueso porcentaje de su población al margen de servicios que le permitan mejorar sus vidas y sus emprendimientos.

No deja de ser de buen augurio que el flamante superintendente de banca y seguros peruano, Daniel Schvdlowsky, dedique una de sus primeras declaraciones a la inclusión financiera.

Más aún, dijo que en los próximos cuatro años la Superintendencia tendrá como prioridad el impulso del proceso de inclusión financiera en el Perú, a través de una mayor bancarización en el interior del país e incorporando al sistema financiero los segmentos de la población de menores ingresos.

Para ello, el organismo se comprometió a implementar un conjunto de acciones que permitirán generar un ambiente más propicio para extender a la población los beneficios que ofrece el sistema financiero, tanto para las finanzas personales como para los pequeños negocios.

Economista integrante del equipo técnico del presidente Ollanta Humala, con experiencia en áreas de desarrollo luego de haber trabajado para la Cepal y el PNUD, entre otras instituciones, Schvdlowsky sostuvo que la SBS propiciará el crecimiento de los cajeros corresponsales. Precisó que existen actualmente unos 10 mil en todo el país y que se intentará superar los 15 mil en el mediano plazo.

Agregó que otro pilar del proceso de inclusión financiera será la “masificación de la banca por celular”, actualmente sólo permitida mediante el uso de celulares sofisticados. Y comprometió nueva regulación sobre dinero electrónico.

En tanto, el superintendente de Banca y Seguros del Ecuador (SBS), Pedro Solines, dijo este miércoles que la educación financiera debe ser el “eje transversal del negocio bancario porque contribuye a la estabilidad del mercado y la ampliación de servicios”.

Hizo esta declaración en el marco de un taller donde se discutió la implementación de una futura norma que involucrará a bancos, cooperativas y mutualistas en el diseño y ejecución de programas de educación financiera para apoyar la formación y toma de decisiones de los clientes y población en general.

La iniciativa busca que cada institución financiera cuente con una estructura administrativa y de gestión para implementar de manera continua y permanente estos programas educativos, a fin de capacitar a las personas en aspectos como finanzas personales y características, beneficios, costos y riesgos asociados a los productos y servicios ofrecidos por el mercado.

“Esta será una normativa que redundará en la gestión de las propias instituciones financieras. Porque primero les eliminaría un rubro importante de reclamos, de compensaciones que tienen que hacer a los usuarios y redundará en la imagen reputacional”, aseguró Solines.

El funcionario instó a las instituciones a ir “más allá de la visión netamente comercial” y brindar a los clientes la posibilidad de capacitarse en aspectos como manejo de información oportuna, transparente y veraz que los inserte adecuadamente en el circuito financiero.