(Mundo
Microfinanzas) Algunos anuncios, aseveraciones y
eventos ayudan a creer que la inclusión financiera puede experimentar avances
en la región a lo largo de 2012. De lo meramente declarativo a la ejecución de
políticas de estado hay un trecho largo, pero en buena hora gobiernos y actores
del sistema financiero de América Latina parecen converger en los objetivos.
José Antonio Meade |
Iniciativas
de educación financiera, habilitación de normativas que acompañen innovaciones
tecnológicas orientadas a la inclusión, desarrollo de redes de corresponsales
bancarios, entre otras acciones, comienzan a formar parte, al menos, de un vocabulario
común en distintas partes del subcontinente.
El fin de
semana la Secretaría de Hacienda de México destacó resultados de su Plan Nacional de Desarrollo
2007-2012, poniendo en primer plano la promoción del acceso al crédito como
uno de sus objetivos estratégicos. Dijo haber orientado sus esfuerzos “a la
entrada continua de nuevos oferentes de servicios, al desarrollo de una mayor
diversidad de productos y la promoción de una mayor transparencia en el sector
financiero que garantice el acceso a servicios financieros a sectores de la
población que tradicionalmente se han mantenido excluidos de ellos”.
México será
este año pantalla privilegiada para reflejar lo bueno, lo malo, lo poco o lo
mucho que se avance en este terreno. El país ya ejerce la presidencia del G20,
que por primera vez recayó en un país emergente. Demanda global por excelencia,
la inclusión financiera será una bandera que va a comprometer a México en un
dominio donde los países más poderosos de la región no han sabido traducir un
liderazgo que sí ostentan en otros terrenos (una excepción podría ser la de
Brasil y su agresiva política de corresponsales).
Para el
Secretario de Hacienda y Crédito Público mexicano, José Antonio Meade, “el que
tiene acceso a un servicio financiero mejora su calidad de vida, mejora la
productividad de los hogares de menores ingresos, mejora la productividad de
las micro y pequeñas empresas, fortalece al sistema financiero y, al así
hacerlo, fortalece el desempeño de la economía”. El funcionario expresó estas
palabras el 7 de febrero en el marco de lanzamiento nacional del Programa de Asistencia Técnica a
las Microfinanzas Rurales (Patmir)
del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi).
Según la
Secretaría, entre los años 2004-2009 la inclusión financiera en México se
incrementó sustancialmente. Citando la Encuesta
Nacional de Uso de Servicios Financieros realizada
por esta cartera de gobierno, el porcentaje de la población que utiliza
servicios financieros es superior al 56%, más del doble que la estimada por el
Banco Mundial en 2004, del orden del 25%.
En términos
de acceso, Hacienda afirma que actualmente el 43% de los municipios cuenta con
al menos una sucursal de alguna entidad financiera mientras que, si incluimos a
los corresponsales, la cobertura es de casi el 60%. “Con esta infraestructura,
el 93% de los adultos (nueve de cada diez mexicanos) tiene posibilidad de
acceder a servicios financieros”, asegura la Secretaría.
“Claramente
el reto del país hoy, y lo es desde hace algún tiempo, es la cobertura
geográfica”, reconoció Meade. La Secretaría destacó también la necesidad de un
mayor nivel de educación financiera, ya que usuarios más informados “tienden a
ahorrar más”, y del desarrollo de nuevas figuras orientadas a la inclusión y
penetración bancaria.
Los que
van a la vanguardia
Los países
de la región andina marcan el ritmo desde hace algunas décadas en materia de
inclusión financiera, pese a que persiste todavía un grueso porcentaje de su
población al margen de servicios que le permitan mejorar sus vidas y sus
emprendimientos.
No deja de
ser de buen augurio que el flamante superintendente de banca y seguros peruano, Daniel Schvdlowsky, dedique una
de sus primeras declaraciones a la inclusión financiera.
Más aún,
dijo que en los próximos cuatro años la Superintendencia tendrá como prioridad el impulso del
proceso de inclusión financiera en el Perú, a través de una mayor bancarización
en el interior del país e incorporando al sistema financiero los segmentos de
la población de menores ingresos.
Para ello,
el organismo se comprometió a implementar un conjunto de acciones que
permitirán generar un ambiente más propicio para extender a la población los
beneficios que ofrece el sistema financiero, tanto para las finanzas personales
como para los pequeños negocios.
Economista
integrante del equipo técnico del presidente Ollanta
Humala, con experiencia en áreas de desarrollo luego de haber trabajado
para la Cepal y el PNUD,
entre otras instituciones, Schvdlowsky sostuvo que la SBS propiciará el
crecimiento de los cajeros corresponsales. Precisó que existen actualmente unos
10 mil en todo el país y que se intentará superar los 15 mil en el mediano
plazo.
Agregó que
otro pilar del proceso de inclusión financiera será la “masificación de la
banca por celular”, actualmente sólo permitida mediante el uso de celulares
sofisticados. Y comprometió nueva regulación sobre dinero electrónico.
En tanto,
el superintendente de Banca y Seguros del Ecuador (SBS), Pedro
Solines, dijo este miércoles que la educación financiera debe ser el “eje
transversal del negocio bancario porque contribuye a la estabilidad del mercado
y la ampliación de servicios”.
Hizo esta
declaración en el marco de un taller donde se discutió la implementación de una
futura norma que involucrará a bancos, cooperativas y mutualistas en el diseño
y ejecución de programas de educación financiera para apoyar la formación y
toma de decisiones de los clientes y población en general.
La
iniciativa busca que cada institución financiera cuente con una estructura
administrativa y de gestión para implementar de manera continua y permanente
estos programas educativos, a fin de capacitar a las personas en aspectos como
finanzas personales y características, beneficios, costos y riesgos asociados a
los productos y servicios ofrecidos por el mercado.
“Esta será
una normativa que redundará en la gestión de las propias instituciones
financieras. Porque primero les eliminaría un rubro importante de reclamos, de
compensaciones que tienen que hacer a los usuarios y redundará en la imagen
reputacional”, aseguró Solines.
El
funcionario instó a las instituciones a ir “más allá de la visión netamente comercial”
y brindar a los clientes la posibilidad de capacitarse en aspectos como manejo
de información oportuna, transparente y veraz que los inserte adecuadamente en
el circuito financiero.